Moonshadow tiene un aura de relevancia histórica por ser pionero dentro de una ola de cómic pictórico y de autor, al menos en el mainstream U.S.A. (comenzó a editarse en Epic, el sello adulto de Marvel, en 1985), y otra de deuda editorial en el mercado español, donde permanecía inédito.
La obra de J. M. DeMatteis (1953, Nueva York, USA) y Jon J. Muth (1960, Cincinnati, USA) resulta un producto de otro tiempo, inevitablemente, al que el tic-tac le ha cobrado severas facturas. Pertenece a una corriente que encabezarán Alan Moore y Neil Gaiman, la del cómic “literario”, uno en que el peso narrativo recae en generosos bloques de texto. El problema es que DeMatteis carece de la categoría del escritor de V de Vendetta o de la gracia saltarina del autor de The Sandman. Y ello no ayuda a la lectura.
Lectura que nos conduce por un relato flipado que cruza a Lewis Carroll con space-opera socarrona. Un viaje que se beneficia de las bellísimas técnicas pictóricas de Muth aunque sus páginas resulten agarrotadas.