La muerte es un misterio, algo que podemos más o menos aceptar pero no entender, ni tan siquiera Punset.
Lorenzo Montatore (Madrid, 1983) le da aqui una vuelta al asunto y plantea qué pasaría si la muerte tampoco entendiera a los vivos. En Queridos difuntos, explora ese precepto con una muerte representada como una joven pelirroja, algo ingenua, acompañada de un pequeño diablo polimorfo. Ambos convertidos en funcionarios de un ente superior en busca de nuevos clientes. La muerte quiere entender mejor qué es la vida y para ello quiere ser como una persona normal por un día e interactuar con los habitantes de un pequeño pueblo.
Montatore mantiene el estilo de sus últimos trabajos: con colores planos y un dibujo de minimalismo pop. Inspirándose en los videojuegos a la vez que en la cultura del siglo pasado, con coplillas y su particular reproducción del hablar popular.
Una mezcla del humor de los cartoon clásicos con existencialismo moderno, que en esta ocasión le lleva a reflexionar sobre la muerte creando un cruce entre el Séptimo sello de Bergman y el surrealismo costumbrista de José Luis Cuerda.
Un excelente tebeo a destacar, donde queda patente la habilidad de Montatore para crear a partir de esencias mínimas, la más puras, como los buenos licores.