A tenor de su reciente producción, James Sturm tiene muchos puntos para convertirse en el historietista social más destacado de norteamericana.
Tras la piramidal empresa que abordó en su trilogía norteamericana donde intentaba desterrar lor origenes fundacionales de su país: ‘El Renacimiento’, ‘A cientos de pies bajo la luz del día’ publicadas en un solo volúmen titulado ‘Encima y Debajo'(La Cúpula) y el ‘Asombroso Swing del Golem’ (La Cúpula), Sturm hurga ahora en las raíces sociales de la Europa de finales del siglo XIX para abordar el drama de los primeros síntomas de industralización en detrimento del modelo artesanal de producción.
El tedioso relato de las 24 horas en la vida de un artesano judío que teje alfombras configuran el hilo argumental de esta fábula neorealista que tiene algo de alegato en pos de los valores artísticos.
La historia avanza lenta y a base de constantes momentos paisajísticos, utilizados para crear una cierta analogía con la elaboración de los tapices del protagonista de esta historia.
En la línea de trabajos costumbristas como ‘Ventiladores Clyde’ de Seth, de tempo pausado y de atmósferas aletargadas, este de ‘Día de Mercado’ resulta a la postre un cómic demasiado preocupado por la forma y por reflejar un drama sin acertar demasiado en la ejecución del mismo. Drama por cierto que a día de hoy está totalmente vigente.
Quizás la deformación profesional (Sturm es profesor y está al frente del Center for Cartoon Studies) podría explicar esa especie de deje extramadamente formal que predomina en sus últimos trabajos.