Por increíble que suene La verdadera historia de Futurópolis es la primera obra larga de Florence Cestac (Pont-Audemer, 1949) que se publica en castellano. De una trayectoria como historietista que se inicia a mediados de la década de 1970, aquí únicamente habían aparecido breves muestras en algunas revistas (Totem, El Víbora o Cairo) o en obras colectivas. Y resulta asimismo paradójico que se haya elegido como puesta de largo un álbum que, pese a su innegable interés, no es precisamente uno de los más representativos de su extensa carrera.
Con un título que no puede llevar a engaño, el volumen editado por Dolmen es un divertido, sintético y rápido repaso por la historia de una editorial nacida a partir de la que fue la primera librería especializada en cómics abierta en París por ella misma junto con quien entonces era su pareja, Etienne Robial, y Denis Oxannne, un amigo de la infancia. Ese será el punto de partida tanto de su propia carrera artística como de la singladura empresarial de un sello histórico en el panorama de la bande dessinée que duraría alrededor de dos décadas y llegaría a publicar trabajos de Moebius, Jacques Tardi o Joost Swarte, entre otros.
El recorrido en viñetas trazado en primerísima persona por Cestac para describir aquella experiencia se beneficia de su habilidad para seleccionar lo más llamativo de un anecdotario rico y curioso. No es fácil resumir alrededor de veinte años de historia sin abusar de los textos de apoyo ni del monólogo autocomplaciente y ella lo logra al imprimir un tono desenfadado y directo que no rehúye los episodios más conflictivos y difíciles, y que encaja a la perfección con su dibujo caricaturesco y suelto.
Ojalá que esta primera toma de contacto anime a Dolmen o a otros editores patrios, si cabe, a traducir, por ejemplo, La Vie d’artiste sans s’emmêler les pinceaux sur les chemins détournés o alguno de los libros que componen la saga de Les Démons de l’existence. Estaremos a la expectativa.
Hola. No encuentro entre vuestras reseñas los cómic de Calpurnia que edita en España Libre Albedrío y que como lector de cómic y bibliotecario creo que merece un hueco