Diecinueve tomos ya son los que Glénat lleva publicados en nuestro país del que continúa siendo uno de los shonen más emblemáticos del Dios del manga y una de sus series más populares internacionalmente. ¿Cuál es entonces el motivo para que le prestemos atención a este tomo en concreto y no a cualquiera de sus predecesores?
Pues sencillamente el cambio de registro que el personaje adquirió cuando, a finales de 1965, Tezuka consideró oportuno endurecer el habitual tono cándido de las aventuras del chico robot.
Las historias de autores como Yoshihiro Tatsumi y los manga gekiga (mucho más dramáticos y dirigidos al público adulto) en general habían cambiado la percepción que se tenía del manga, con lo que personajes como Astroboy quedaban algo desfasados.
El propio Tezuka incluyó un prólogo explicando toda la situación. De todos modos, apenas supuso un primer paso del mangaka hacia temáticas más adultas y comprometidas como las que firmaría a partir de la década siguiente:
“El caballero azul” (un total de ciento sesenta y tres páginas de las doscientas del volumen) y “El retorno de Astroboy” (que finalizará en el número siguiente).
Si hasta entonces el protagonista se negaba a enfrentarse a los humanos (porque así deben actuar los robots frente a los hombres), su carácter cambia tras ser reconstruido por el Doctor Tenma, peleándose con sus creadores y respetando mucho menos a las personas. Por lo demás, el ritmo, el dinamismo y las temáticas se mantienen en estas entregas (octubre 1965-mayo 1966), con las habituales chispas de humor a lo largo de la narración, aunque “Astroboy” siempre fue una de las series más ortodoxas de Tezuka, que prefería experimentar en otros mangas menos comerciales.
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Web de Osamu Tezuka