Desde que cayó en mis manos aquella maravilla llamada “Skibber Bee Bye” (Highwater Books, 2000), siempre tengo ganas de ver lo próximo que dibuje Ron Regé Jr. Lo que encontré en aquel libro era un mundo nuevo muy parecido a otros mundos nuevos que estaban apareciendo a mi alrededor.
Descubría una generación de músicos y dibujantes que unían mis dos grandes pasiones formando un entramado indisociable de relaciones.
En ese contexto, el libro de Ron Regé Jr. me llamó poderosamente la atención: allí estaba ese mundo mágico de violencia y sinsentido, de música atronadora e imaginación desbocada, pero seguía sin parecerse a nada de lo que había visto. El dibujo tenia un aspecto naïf, pero no hacia falta fijarse demasiado para comprobar que no lo era para nada, tanto las figuras como los paisajes parecían esqueléticas a simple vista pero en realidad eran extrañamente detallistas y complejos. Y la historia… estaba llena de giros argumentales, de sinsentido y sorpresas agradables y desagradables.
Pero por encima de todo, me impresionó ver que Ron Regé Jr. había creado un mundo único y tremendamente coherente como más tarde haría C.F. con su “Powr Mastrs”. Me voy por las ramas.
Decía que desde entonces, busqué todo lo que pude y fui encontrando su obra en antologías y libros, y aunque nunca superó el impacto que me causó su obra maestra, siempre encontré en cada una de sus páginas algo único: Ron Regé Jr. se parece sólo a Ron Regé Jr. y a la vez, siempre está mutando en algo distinto.
El primer aviso de que algo nuevo se cocía en el mundo de Ron Regé Jr. nos lo dio “the Awake Field” (Drawn & Quarterly, 2006). En esa recopilación de historietas, no sólo había cambiado lo que contaba (hablaban de paz, de dejar de usar reloj, de amor y de la unión mística entre dos personas), sino también la manera de contarlas: un panel por página la mayor parte de las veces, y la parte narrativa la construían sentencias, casi apuntes filo-hippies.
Lejos de dar grima, el libro contenía alguna de las historias más emocionantes que ha dibujado hasta la fecha (“the stranger and the mouse” es una pequeña obra maestra).
Después de ese primer aviso, el verdadero antes y después fue el inicio de una nueva serie en su propio blog, “the cartoon utopia”. La conformaban una serie de pequeños dibujos que un principio servirían de apuntes de una futura historia larga.
Se trata de una historia de ciencia ficción inspirada en utopías positivas, dando la vuelta al tono pesimista y sombrío de la mayor parte de fantasías futuristas del último siglo.
Esos pequeños dibujos se convirtieron en dibujos algo más grandes, y de esa veta nació un nuevo Ron Regé Jr. que se aleja del tebeo tradicional para exponer ideas y jugar con ellas en el espacio. La serie que hemos podido seguir en su blog no es narrativa ni es sólo ilustración, casi siempre son sentencias cuya escritura integra en el dibujo o SON directamente el dibujo: sentencias sacadas la mayor parte de las veces de libros de religión de todo el mundo, de filósofos new age y filósofos antiguos cuyas palabras descontextualiza elaborando un estudio sobre las utopías, la esperanza y la maravilla.
Su nuevo mini-comic, un fanzine fotocopiado de apenas 12 páginas, entronca directamente con sus últimos trabajos: cada página es una sentencia integrada en un dibujo. En este pequeño fanzine encontramos citas de Paracelso y reflexiones varias acerca de lo que entendemos como realidad. En cierto modo, juntar unas cuantas piezas de esta serie en un fanzine, ayuda a entender lo que tiene ésta de recopilación de ideas. Mientras, seguiremos imaginando en que desembocará “the Cartoon Utopia” y clamando al cielo porque la espera no sea más larga.
Del fanzine ha editado sólo 100 copias que se pueden conseguir en su blog.