Poco a poco, y de una manera muy discreta, Gabrielle Bell se está convirtiendo en un referente más, junto a Chester Brown o Jeffrey Brown entre otros, para aquellos lectores a quienes les gusta empaparse de historias que se inspiran en lo cotidiano. La autora consiguió el premio Ignatz en 2007 con Afortunada, un minicomic del que ahora La Cúpula Ediciones publica sus 3 primeros números en un solo tomo. Gabrielle Bell colabora también con las revistas Mome y Kramer´s Ergot, de Drawn & Quarterly y ha co-escrito el guión de Interior Design, el último corto de Michel Gondry, incluido en Tôkyô y basado en la historia Cecil and Jordan in New York, creada por la misma autora.
Afortunada explica, con bastante ironía, el día a día de una artista que emplea su tiempo en la realización de su obra, en la búsqueda de habitaciones para ella o para su compañero Tom y en el rastreo de trabajos precarios con los que pagarse las facturas. Todo parece difícil y arduo en el barrio de Williamsburg, Brooklyn, pero nada de eso hace que la protagonista ceje en su empeño en encontrar su lugar en ese mundo.
Creada en un minimalismo absoluto de trazo y narración, “Afortunada” posee casi todas las virtudes y casi todos los defectos de una primera obra. La agradable sorpresa del descubrimiento de una nueva voz que narra cómo es vivir en una parte del mundo de hoy queda a veces empañada por la sensación de encontrarnos frente a una obra embrionaria que, seguramente, dará mejores frutos en obras posteriores. Así pues, quizás el mejor momento para juzgar la obra de Gabrielle Bell no sea con el primer tomo de “Afortunada” sino en futuras entregas ya que es posible que la autora necesite de más tiempo para darle forma a un mundo muy personal, capaz de crear universos propios.
De todas maneras, lo fascinante de Afortunada es la posibilidad de contemplar una obra a la que aún se le aprecian las suturas del sufrimiento creativo y la espontánea ingenuidad de una primera obra. Un milagro que pocas veces traspasa las puertas de las editoriales.