Bastante prometedora esta odisea de aventuras que arranca en este volumen y que guarda aspectos interesantes en lo argumental y en lo visual. Su premisa ya conocida y usada ampliamente (un grupo de chavales acaba en otra dimensión/tiempo/lugar) no se hace aburrida por una narrativa que pone la acción en marcha desde el minuto cero. Los autores no se molestan en crear espacios para presentar a los personajes porque ya se presentan a si mismos a través de lo que va sucediendo. Esa forma de contar permite, además construir y deconstruir a los personajes haciendo que crezcan a los ojos del lector.
Quizás uno de los aspectos que más llama la atención es instalar en esta aventura un trasfondo temático sobre el bullying que acompaña a los personajes desde el principio. Hay aquí, sí, una carta de presentación obvia al principio por parte de los autores, como anunciándolo a los lectores. Es muy interesante porque en la mayoría de los cómics en los que se trata el bullying casi siempre hay un enfoque en la víctima. Es algo que por supuesto, me parece bien. Pero también me parece interesante radiografíar al acosador. Damián (Bellvitge, 1976) lo hace muy bien y la evolución de este tema creo que dará mucha chicha en futuros albumes, ya siendo este una punta de lanza.
En lo visual creo que Alex Fuentes (Barcelona, 1982) también brilla en muchos aspectos. Para empezar, un estilo de dibujo de caricatura geométrica muy atractiva e icónica que destaca bien los rasgos de los personaje. También un buen desarrollo de la acción que se permite jugar con las composiciones fomentando ese efecto de narrativa “montaña rusa” comentado. Y a lo que hay que añadir un tratamiento del color atmosférico y exótico que compartimentaliza escenas muy bien y que dinamiza el viaje de los personajes. Cada nuevo escenario inundado de una paleta diferente aumenta el mapa imaginario del mundo en la cabeza del lector.
Entretenida, dinámica y con regusto a aventura clásica que no pasa de moda.