Niles y Templesmith, Templesmith y Niles: Un guionista estadounidense (Niles) y un dibujante australiano (Templesmith) de marcada personalidad, juntos nos han permitido disfrutar de grandes momentos. Y es que no se admite duda ante la afirmación de que “30 días de noche” supuso una bocanada de aire fresco para las historias de vampiros y suspense cuando vio la luz en 2003.
El dibujo aterrador y oscuro de Templesmith reflejaba a la perfección el malsano universo en que se había convertido la población de Narrow en su noche casi eterna y la asfixia a la que se veían sometidos sus habitantes.
Niles, por su parte, había sido capaz de imaginar una historia en la que los chupasangres se mostraban menos distinguidos de lo que la literatura y el cine les había mostrado hasta prácticamente la década de los noventa. A eso se le podía sumar un diseño de páginas que tan pronto podía rozar la experimentación de un Dave McKean como acercarse a la planificación de Bill Sienkiewicz.
El tándem funcionaba, eso estaba claro. Más tarde llegaron “Días oscuros” (2004) (los vampiros se trasladan a Los Angeles) y “Regreso a Barrow” (2005), ambas dignas sucesoras de una obra emblemática y convertida en un modesto fenómeno de ventas que la llevó incluso a Hollywood en un largometraje que recogió mucho mejor los logros de Niles que los de Templesmith.
Por si eso no fuera suficiente, en 2004, la pareja completó lo que acabaría siendo el primer e interesante volumen de “Criminal Macabre”; una historia que acentuaba mucho más el espíritu policíaco de los guiones de Niles (el protagonista, Cal McDonald, es un detective que ejerce de antihéroe, es adicto a diversas sustancias y se mueve entre no muertos con una facilidad pasmosa) al tiempo que ampliaba los márgenes de lo que había sido el mundo de “30 días de noche”, con apariciones estelares de necrófagos, zombies, licántropos y demás seres alejados de los cielos.
Ahora llega al mercado español una nueva entrega también relacionada con “30 días de noche”.
Se trata de “Historias de chupasangres” (que recopila la serie completa de ocho comic books americanos de “30 Days Of Night: Bloodsucker Tales” de 2007).
Pero no se froten las manos aún, porque aquí hay algo de trampa. Esta vez Niles y Templesmith no trabajan juntos y el resultado se resiente y bastante. El guionista firma “Billy, dos veces muerto”, con dibujo de Kody Chamberlain, y Templesmith ilustra una atropellada historia de Matt Fraction en “Juárez o Lex Nova y el caso de las 400 chicas mexicanas muertas”.
Gana la partida Niles, con una historia que, alejándose de la serie original, sí sabe plantear pequeñas novedades en torno al género. Eso sí, en su contra juegan tanto el dibujo de Chamberlain como un tono menos gótico de lo habitual y con momentos gore un tanto gratuitos.
Mucho más malparado sale Templesmith, quien firma uno de sus trabajos más caricaturescos y menos desgarrados, al tiempo que se resiente de lo atropellado del guión de Fraction, con infinidad de altibajos en el ritmo y con un sentido del humor que despista.
En resumen y pese a contar con dos artistas que nos han hecho pasar buenos momentos, “30 días de noche: Historias de chupasangres” acaba siendo un volumen –una falsa secuela- que se olvida con facilidad tras su lectura, una obra que demuestra que en esto del cómic de éxito no todo vale.