Disparen al humorista es un ensayo gráfico sobre los límites del humor de Darío Adanti y también un ejercicio de reflexión en torno al humor y el papel de los humoristas en la sociedad. Adanti aborda la materia en profundidad, sin concesiones a la galería y tras reflexionar mucho sobre el tema. Y es que no es un tema sencillo; el humor y la risa son de esos fenómenos humanos que tienen difícil explicación y muchas interpretaciones. A diferencia del drama, el humor tiene un componente muy personal, que dificulta una definición absoluta y ,aunque haya gozado -injustamente- de menos prestigio cultural, es fundamental para nuestra existencia. Su uso siempre ha presentado un desafío a los poderosos.
En los últimos años hemos visto como el uso del humor se ha puesto en tela de juicio, su uso ha cambiado como ha cambiado en general el intercambio de información en una sociedad hiperconectada. Los acontecimientos políticos hacen que cada vez sea más peligroso su uso.
Dario Adanti se define como humorista, y como profesional del humor ha vivido esa persecución en primera línea, y ha sido preguntado infinidad de veces por los límites del humor. Alrededor de esa pregunta justamente nace este tebeo, que presenta las dudas y respuestas que ha ido elaborando.
El humor tiene la responsabilidad de apuntar siempre hacia arriba, hacia el poder, y eso le convierte en una de las primeras víctimas de la represión.
Adanti lo hace como mejor sabe: a través del lenguaje del cómic y con mucho humor. Jugando con el dibujo, con paginaciones diferentes según el capítulo y lo que quiere explicar en ese momento, jugando con sus personajes tipo cartoon (alter egos del propio Adanti); una tostadora humorista, un tronco más filosóficamente reflexivo, un gato urbano para las réplicas más incorrectas, una científica para los análisis, con retratos y citas de sabios que recuerdan los libros divulgativos de los 70. Con todo ello va hilvanando los diferentes temas de su teoría del humor: Desde rebatir la famosa fórmula tragedia + tiempo = humor poniendo de contra ejemplo la sátira donde el tiempo debe tender a cero respecto al suceso para tener su máxima eficacia, hasta explicar como funcionan chistes clásicos y desarrollar una teoría cuántica del humor con sus partículas y sus campos, demostrando así como el big bang no deja de ser el primer chiste del universo.
El humor es la primera línea de defensa contra el abuso de los poderosos y de ahí que sea el primero de sus objetivos. Desde los atentados de Charlie Hebdo hasta todas las censuras que hemos visto en los últimos años, todo tiene como objetivo acabar con el pensamiento crítico que puede generar el humor y la sátira. El humor tiene la responsabilidad de apuntar siempre hacia arriba, hacia el poder, y eso le convierte en una de las primeras víctimas de la represión.
Disparen al humorista es un ensayo que llega en un momento donde parece mentira que sean necesarias todavía este tipo de argumentaciones y explicaciones alrededor del humor, un concepto que no puede tener límites prácticamente por definición. Es necesario recordar que es el humor es algo serio e importante y no es casual que el ensayo de Adanti se una a una serie de obras que recientemente han surgido alrededor del tema: ¿Qué es el humor? de los autores de Orgullo y Satisfacción, o No os indignéis tanto de Manel Fontdevila, son dos ejemplos recientes de cómics que tratan el tema del humor y su importancia social. Que lejos parecen estar las reflexiones del primer ¡Caramba! que giraba en torno a los mecanismos del humor. Disparen al humorista hace nuevas aportaciones al tema en un momento en que es más que necesario, y lo hace lleno de sentido común y con una lucidez deslumbrante.