La escritora Katherine Mansfield se halla en la Costa Azul recuperándose de su enfermedad y allí mantiene conversaciones con su hermano recientemente fallecido. Liam deja una relación de pareja para seguir su carrera científica en el proyecto SETI. Marzia es una adolescente que se sumerge en la pantalla de su móvil para ignorar a su madre y superar la reciente separación de su padre. Y todo enlazado con las reflexiones de una casa domótica inteligente que detalla las rutinas de su habitante mientras este está ausente.
Salvo imprevistos son cuatro relatos con un tema en común, que se van entrelazando creando un ensayo poético sobre la ausencia, o más bien, sobre la presencia de los que ya no están. El peso que tienen unas personas en otras incluso cuando el contacto no es físico. Unas ausencias que sirven para hacer resonar las dificultad de la comunicación entre personas. Lorena Canottiere (1972, Turín) retrata esa influencia interior de las interacciones personales de forma poética y delicada, con distintas aproximaciones al tema que se explican con pequeñas escenas de la vida de los protagonistas. Marcando la diferencia entre un relato y otro con un uso del color y de la línea para cada historia. Un color de tonos secundarios, muy expresionista, que ya pudimos ver en Verdad, la anterior obra publicada también por Liana editorial.
Salvo imprevistos son cuatro relatos con un tema en común, que se van entrelazando creando un ensayo poético sobre la ausencia, o más bien, sobre la presencia de los que ya no están
Salvo imprevisto muestra de nuevo la sensibilidad de Canottiere, su particular forma de fragmentar los relatos persiguiendo que transmitan sensaciones y emociones complejas y que, siendo editada en Italia en 2019, toman nuevo sentido y profundidad en esta época de pandemia global, donde las ausencias de personas queridas son otra de las muchas consecuencias que padecemos.