Exigía Pablo Ríos al responder hace una semana este mismo cuestionario un mayor reconocimiento para Lorenzo Montatore (Madrid, 1983). Si hay un autor que sabe como expresarse mediante la viñeta, ese es el madrileño, un portento del dibujo, cuyo ¡Cuidado, que te asesinas! fue elegido mejor cómic del 2018 por los colaboradores de esta web. Montatore no para de producir títulos sorprendentes. Si el año anterior, al título publicado por La Cúpula se le sumaron las grapas ¡Tan Linda!, una historieta homenaje a la cantante Yma Sumac, y (Un poquito) Bipolar, tiras cómicas sobre el trastorno mental, este año ya lleva publicados cuatro cómics demasiado buenos como para pasar desapercibidos para el gran público:
Estrenó el año con DHO (Panoli Creaciones), continuación de OHG y VOOH, y cierre por el momento de su trilogía kraut o particular incursión al primitivismo cósmico. Le siguió California Rocket Fuel (Mortal y Rosa y Sugoi Ediciones), una zambullida en el universo maníaco visualmente descomunal. Un periplo que va del catre al espacio sideral, sin olvidar el debido paso por el hospital. Montatore mira al futuro y al pasado para encontrar una salida a un cul-de-sac existencial. Un cartoon desnudo como un paisaje mironiano o una abstracción a lo John Hubley. Por si fuera poco, se acaba de autoeditar un par de grapas bien cargadas. Fabrizio en el Inframundo explica a su manera expresionista y moderna un surrealista episodio del pelotazo urbanístico de nuestro país. Maravilla la facilidad de Montatore para sacar oro de la anécdota. La otra grapa, Yo hice a Román Tesoro, la protagoniza un viejo conocido, en esta ocasión ejerciendo de colgado e intercambiando penurias y dolores a la manera de Gila, Mihura, Buñuel y Jardiel Poncela.
Como recuerda Gerardo Vilches, Montatore proviene de una corriente narrativa muy española, desacralizada y blasfema que ha dado grandes frutos, desde Cervantes a Rafael Azcona, pasando por el esperpento de Valle-Inclán. Gráficamente, cuando decidió sacudirse la alargada sombra de Ronald Searle en una fase bien temprana, su trazo se liberó y empezó a experimentar con el lenguaje historietístico de una manera expansiva y fluida.
Sirva de ejemplo su manera de responder a este cuestionario, usando la historieta, su manera de explicarse y explicarnos. Disfrutadlo tanto como nosotros.
¿Cuál es el último cómic que te has leído?
¿Qué autor o autora de cómic no tiene el reconocimiento que se merece?
¿Con qué cómic reconocido unánimente eres incapaz de conectar?
Tienes la posibilidad de enviarte un cómic, el que sea, a ti mismo/a cuando tenías 14 años. ¿Cuál es ese cómic?
¿Qué cambiarías de la industria del cómic en nuestro país?
¿Cuál ha sido el momento en el que has estado más cerca de dejar la historieta?
¿Cuál ha sido el mejor consejo que te han dado sobre esto de hacer tebeos?
¿Cuál ha sido la peor decisión que has tomado en tu carrera?
¿Qué opina tu familia de tu trabajo?
Tienes la posibilidad de revivir un personaje extinto de tu tradición historietística. ¿Cuál sería?